ajax-loader-2
Francesc-Marc Álvaro | Deixar el mal
4515
post-template-default,single,single-post,postid-4515,single-format-standard,mikado-core-2.0.4,mikado1,ajax_fade,page_not_loaded,,mkd-theme-ver-2.1,vertical_menu_enabled, vertical_menu_width_290,smooth_scroll,side_menu_slide_from_right,wpb-js-composer js-comp-ver-6.0.5,vc_responsive

19 dic 2011 Deixar el mal

Algunas veces, los cirujanos, al abrir el cuerpo del enfermo, se dan cuenta de que la enfermedad es peor de lo que parecía y, entonces, deciden que vale más no tocar mucho, cosen y piensan en abordar el final del paciente de la manera menos dolorosa posible. Esta imagen me ha venido a la cabeza al ver cómo se ha cerrado el XII congreso del PSC, que se ha celebrado este fin de semana. Es cierto que los delegados han escogido una nueva dirección y un nuevo primer secretario, pero el mal ha quedado dentro. Resulta extraordinario que, a pesar de la demanda social de una política nueva, todos los que cortan el bacalao o aspiran a hacerlo dentro del PSC simulen que estos tres días se ha hablado seriamente de los graves problemas del socialismo catalán cuando saben que eso no ha pasado. ¿Autoengaño o propaganda? 

Hace pocas semanas, escribimos que el PSC tenía tres retos como tres soles: redefinición del proyecto, reconexión con un país que cambia y renovación del personal dirigente. Y también escribimos que, a pesar de la evidencia de los deberes que tocaban, sólo se estaba hablando de mover caras. Finalmente, se han hecho cambios en la piel pero no en la musculatura ni en el esqueleto (¡ni en el corazón!) de la organización. Montilla, Iceta y Zaragoza salen de la primera fila, pero los dos nuevos hombres fuertes del aparato, Fernández y Balmón, aseguran una clara continuidad con el mencionado triunvirato que – bueno es recordarlo – se hizo con las riendas del partido gracias al padrinazgo de Josep Mª Sala en el congreso de Sitges de 1994. Asimismo, la presencia de Ros y Elena en la nueva ejecutiva recuerda un poco lo que hacía Núñez en las directivas del Barça: todos dentro para asegurar la calma. 

Las primarias para elegir candidato a la presidencia de la Generalitat y los movimientos de Carme Chacón para liderar al PSOE son los dos principales factores orgánicos de incertidumbre con los cuales tendrá que trabajar Pere Navarro, que también deberá luchar contra una notable limitación para su liderazgo como es el hecho de no ser diputado en el Parlament. Así las cosas, mientras Montilla dijo adiós reivindicando el tripartito (movido más por el orgullo que por la razón), el nuevo primer secretario mantenía, en una entrevista en este diario, que la pérdida de credibilidad del PSC tiene como causa, en parte, «un tripartito en el cual nuestros socios gesticularon en exceso». ¿Matices irrelevantes o embrión de un líder dispuesto a extirpar el mal? 

El PSC se ha desgastado durante décadas de un poder cada vez más cerrado sobre sí mismo y, a la vez, no ha conseguido ofrecer una alternativa a CiU en la defensa prioritaria de los intereses de la sociedad catalana en Madrid. Esta es la realidad cruda que Navarro y su equipo tienen encima de la mesa. Pueden arriesgarse a operar de verdad o pueden seguir tocando el violín del federalismo, la izquierda plural y el miedo a la derecha.

Etiquetas: