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Francesc-Marc Álvaro | Les barbes del PSC, en remull
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22 oct 2012 Les barbes del PSC, en remull

No se pueden hacer nunca extrapolaciones fáciles cuando los contextos son tan diferentes; sin embargo, si yo fuera Pere Navarro, hoy estaría más preocupado que ayer. Porque el denominador común de los comicios que ayer se celebraron en Galicia y Euskadi es el fuerte trompazo de los socialistas. Por lo tanto, a la luz de estos resultados y de las encuestas, la dirección del PSC quizás debería ir poniendo las barbas en remojo. La caída del socialismo en las Españas es tan acusada que no parece que pueda frenarse precisamente el 25 de noviembre en Catalunya.

Pero tampoco la popular Alicia Sánchez-Camacho puede estar eufórica, porque la realidad catalana tiene poco que ver con Galicia, donde su correligionario Núñez Feijóo gobernará con mayoría absoluta gracias a la división de las izquierdas, lideradas por un reavivado Beiras. Los populares catalanes harán bien en tener en cuenta que, en el País Vasco, el retroceso del PP es importante, en un momento en que, a la vez, los nacionalistas serán mayoría en el Parlamento de Vitoria. El argumento del miedo, que Basagoiti también ha utilizado, ha fracasado estrepitosamente.

Para el candidato Artur Mas, estos resultados no son malos. Si mira hacia Galicia, ve que un gobernante vinculado a los recortes no acusa el desgaste de la crisis. Si mira hacia Euskadi, confirma que el nacionalismo, cuando se moviliza, es capaz de obtener un apoyo social muy amplio. Pero en CiU tienen que reprimir el entusiasmo, porque en Catalunya la mayoría absoluta cuesta más de alcanzar y es el lugar del Estado donde más manifestaciones se han organizado en contra de las políticas de austeridad, aquí impulsadas por el Govern.

Por otra parte, ERC no hace en la política catalana el mismo papel que hace Bildu en el escenario vasco. El reto de los republicanos es atraer a los nuevos soberanistas y los votantes socialistas de tradición catalanista.

El tipo de relación -ciertamente complicada- que tendrán Urkullu y Mintegi no se adivina comparable a la colaboración que puedan explorar Mas y Junqueras después del 25-N. Además, la presencia de ICV otorga al campo soberanista catalán una articulación más flexible que a sus homólogos en el tablero vasco, donde las rayas son más rígidas. A las CUP les iría muy bien contar con un Beiras como líder, porque hacen un discurso parecido. Pero no lo tienen y quizás ni lo quieren.

Rajoy ha pasado con nota la prueba en Galicia, pero es felicidad breve. El retorno del PNV al poder, el auge del independentismo y el descenso de Basagoiti le complican fuertemente la legislatura. Ahora bien, es en Catalunya donde PP y PSOE se jugarán su razón de ser.

 

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