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Francesc-Marc Álvaro | Competència gloriosa
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22 nov 2013 Competència gloriosa

Òscar Andreu i Òscar Dalmau son dos individuos que contribuyen poderosamente al mantenimiento de la salud pública, una función siempre importante y más en estos tiempos de crisis y retorno de algunos pájaros. Se ha confirmado la existencia de centenares de personas que, cuando escuchan su programa diario en RAC1, La competència, deben ir varias veces al lavabo porque la risa les ataca de manera tan intensa y salvaje que -como diría Mohammed Jordi- las vejigas estallan y hay que proceder con urgencia total a lo que pide imperiosamente la naturaleza. Servidor puede dar fe de este interesante fenómeno, lo cual he comunicado a mi médico de cabecera de cara a las incómodas revisiones de próstata que -tarde o temprano- llegan. ¿Por qué les explico esto?

Anteayer, los señores Dalmau y Andreu recibieron el premio Ondas al mejor programa de radio. Al saberlo, celebré el hecho -como escribiría Joan de Sagarra- con un malta para las grandes ocasiones, servido como Dios manda. Cuando tuve conocimiento de que, además, habían aprovechado su momento de gloria para defender la inmersión lingüística, repetí ronda, brindando por el ministro Wert y su estampa. Quiero aclarar -por si hay niños en la sala- que siempre bebo con moderación, como recomiendan las autoridades.

La competència va contra los tópicos más rancios de la psicología recreativa catalana: es humor irreverente, crítico y autocrítico, incorrecto y próximo, profundamente doméstico y, por lo tanto, universal, global y cosmopolita, sin necesidad de imitar a Isabel Coixet. Es la catalanidad indócil que, en vez de lamerse las heridas y esperar trenes perdidos, rompe inteligente todas las costuras de la patria, medio pillo y desfibrado, y va, feliz, contra una tendencia que está muy presente en otros de la broma mediática hispánica y/o indígena: el cachondeo de final de curso que resulta ser un cohete mojado y previsible. Dalmau y Andreu han encontrado la inspiración perfecta en un punto kilométrico del ingenio equidistante de Joan Capri y los Monty Python.

La alegría de los competentes coincide con un estudio sobre la situación del catalán que ha dado a conocer el Institut d’Estadística de Catalunya. El 95,2% de las personas que viven en Catalunya entiende el catalán, un 73,2% sabe hablarlo, un 79,1% lo lee y un 55,8% sabe escribirlo. Es un récord histórico de conocimiento de la lengua desde que se realizan estos trabajos. Además, la población de origen extranjero es la que ha registrado los incrementos más elevados; un 82,1% de esta entiende el catalán, mientras que en el 2001 la tasa era sólo de un 61,1%. Excelente noticia. La competencia lingüística y la otra avanzan con normalidad y sin que la sociedad se rompa, todo lo contrario. Por eso la radio bien hecha en catalán está que se sale.

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