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Francesc-Marc Álvaro | Unitats i majories
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16 dic 2013 Unitats i majories

El acuerdo para la pregunta y la fecha del referéndum sobre el futuro de Catalunya ha sido celebrado como una pequeña victoria por el campo soberanista, por tres motivos: porque desmiente los oscuros pronósticos hechos desde dentro y fuera sobre la capacidad de los partidos de ordenar el proceso; porque rebaja la desconfianza entre los líderes comprometidos en esta empresa; y porque reubica el debate de la causa catalana en el eje democracia-inmovilismo en vez de mantenerlo en la dialéctica independentismo-unionismo, lo cual facilita la pedagogía internacional del soberanismo y complica las razones de Madrid.

Dicho esto, hay que ser realistas y asumir que la unidad de acción democrática que garantiza la pregunta entre independentistas (CDC, ERC y CUP) y otros (Unió e ICV) tiene un riesgo evidente, como ha señalado aquí Jordi Graupera: complica la fabricación de una mayoría clara en las urnas, porque la elección binaria se transforma en una consulta que es, a la vez, un referéndum concreto sobre la secesión de Catalunya (Estado independiente) y, de forma derivada, una encuesta inconcreta sobre de qué manera Catalunya podría continuar dentro de España (Estado). Además, esta segunda posibilidad es un asunto que, obviamente, dependería del impulso del Gobierno y no del Govern o de los partidos catalanes. Con todo, una de las grandes virtudes de la pregunta es que lo pone muy fácil a los socialistas catalanes para sumarse al derecho a decidir y desmarcarse de las posiciones de PP, PSOE y C’s. Veremos transformarse el espacio socialista catalán a gran velocidad.

Soy de los que piensan que el referéndum no se hará porque el Ejecutivo Rajoy no lo permitirá y porque Mas (de acuerdo con Junqueras) evitará este tipo de choque a cambio de unas plebiscitarias. Unas elecciones permitirán contar por la puerta de atrás el apoyo social a un Estado independiente, pero implicarán -probablemente- la ruptura de la unidad por el derecho a decidir que fijó la foto del jueves. Una consulta con una pregunta como la compuesta favorece una geometría de posiciones desde Unió y desde ICV que unos comicios, en cambio, limita. ¿Qué pasará con CiU y Duran? ¿Qué propugnarán los líderes ecosocialistas?

Hay una unidad política considerable y una unidad social holgada a favor de un referéndum. Mientras, la construcción de una mayoría electoral por el Estado independiente no está hoy asegurada y la opción de un Estado a secas, vagamente federalista sin decirlo, sugiere más un hipotético bloqueo táctico a la secesión que la formulación de otra forma (plurinacional) de hacer España. La autoexclusión del PSC hace que el federalismo sea, de facto, un discurso meramente anti, no una alternativa que compita de tú a tú con el independentismo. Los partidarios del sí-sí son los únicos que, por ahora, hacen política. Esta es su ventaja.

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