ajax-loader-2
Francesc-Marc Álvaro | Més enllà d’Oriol Pujol
2998
post-template-default,single,single-post,postid-2998,single-format-standard,mikado-core-2.0.4,mikado1,ajax_fade,page_not_loaded,,mkd-theme-ver-2.1,vertical_menu_enabled, vertical_menu_width_290,smooth_scroll,side_menu_slide_from_right,wpb-js-composer js-comp-ver-6.0.5,vc_responsive

21 jul 2014 Més enllà d’Oriol Pujol

Oriol Pujol anunció, hace una semana, que dimitía como secretario general de CDC y como diputado. Su condición de imputado por el caso de las ITV no ayudaba en nada al proyecto que defiende su partido ni al liderazgo del president Mas. Estamos, por lo tanto, ante una decisión adecuada que debería haberse concretado antes. El largo periodo de interinato en la cúpula convergente ha generado malestar entre la militancia y los cuadros territoriales a la vez que ha frenado el impulso de una formación que ha asumido responsabilidades de un alcance enorme. Se ha perdido demasiado tiempo y ahora hace falta diligencia.

La salida de Oriol Pujol coloca a CDC ante la necesidad de repensar su estructura a partir de cuatro objetivos: complementar el papel institucional de Mas, dar más protagonismo a los alcaldes que lo hacen bien, regenerar los entornos más desgastados de la organización y asumir que la marca CiU sufre una erosión que sólo podrá superarse con audacia, inteligencia y ciertos sacrificios personales, como el que ha hecho el hasta ahora secretario general. No hay que esperar a la futura crisis entre Unió y CDC para saber que la discusión sobre las siglas es secundaria, lo que importa es la articulación de espacios políticos que expresen los intereses de la ciudadanía. El nuevo secretario general y el equipo que lo acompañe deberán mirar la herramienta con ojos nuevos, sin miedo a preguntas incómodas.

El PSC padece una crisis monumental y ha optado por abordarla con un encargado de confianza que quiere hacer las cosas bien, pero como se han hecho siempre y con el apoyo de los de siempre, más alguna concesión de cara a la galería. ERC sufrió una crisis muy dura después del tripartito y salió de ella gracias al recambio drástico de caras y a saberse presentar como una oferta nueva. A la hora de intentar frenar la pérdida de votos, CiU, y más concretamente CDC, debe ser más valiente que los socialistas y menos cosmética que los republicanos. Pero se tiene que mover. Convergència necesita cambiar y hacer limpieza. Es muy evidente que hay rostros y estilos que restan más que suman. La seducción que ERC proyecta sobre una parte de antiguos votantes de CiU tiene mucho que ver con el alejamiento que provocan determinadas inercias.

Los meses que tenemos por delante son de muy alta complejidad. Mas necesita que su partido esté al nivel de su liderazgo tranquilo y firme, algo diferente podría ser catastrófico. Que cada uno haga el trabajo que le corresponda sin mirarse el ombligo. Por ello, todos los que tienen ambiciones en el universo convergente -de dentro y de fuera del Govern- no deberían perder de vista la excepcionalidad de esta hora. Y tampoco deberían perder el tiempo haciendo cálculos personalísimos y ansiosos sobre futuros apocalípticos a partir de cantos de sirena cargados de veneno.

Etiquetas: